por Hickman Sandoval Alfonso » Mar Nov 16, 2010 7:53 pm
Estimado Enrique, nos la pusiste muy díficil. Se podrían dar varias opiniones, dependiendo del tiempo en que se haga la evaluación. Si se dejamos de lado los extremos más negativos como son el derramamiento de sangre que significó el sacrificio por la busqueda de la libertad y el bienestar social y las traiciones gestadas principalmente por la reacción contrarevolucionaria, podríamos decir que Revolución Mexicana cumplió con muchos própositos naturales a que una revolución que aspira: el derrumbamiento de las instituciones despóticas en las que se fundó el régimen de Porfirio Diáz, una dictadura antidemocrática, una constitución de 1857 y su estructura jurídica al servicio de la élite, la injusticia institucionalizada para las clases populares y medias, el analfabetismo, el fuero religioso y militar como pilares de la dictadura, los latifundios, las concesiones a empresas trasnacionales, la inexistencia de una verdadera soberanía en una economía manejada por la élite nacional y extranjera, el entronamiento de una clase conservadora opresora del pueblo pobre, la corrupción e impunidad institucionalizada, los caciques regionales, y las insoportables haciendas de miles y hasta millones de hectáreas con sus tiendas de raya que nos regresaron a los tiempos de la esclavitud de la Colonia española. Si la evaluación se hace en los años 60 del siglo pasado, mucho se avanzó en la educación, salud, trabajo, distribución del ingreso, independencia estratégica en sectores como la energía (PEMEX, CFE, LyFC), el campo, la minería. De hecho, con los excedentes del campo se pudo industrializar al país y construir las grandes ciudades. Además, se vivió una época razonable de paz y justicia social. Sin embargo, dos fueron los errores históricos de la pos revolución: uno haber dejado que la reacción contrarevolucionaria sobreviviera a los cambios constitucionales de 1917 y se incrustaran en las nuevas instituciones, y el otro, haber fundado el presidencialismo metaconstitucional como el eje rector del equilibrio de los poderes constitucionales y los poderes fácticos, que cuando actuó para contener a los gringos, los banqueros, los empresarios, los caciques, los militares, los clerigos, los políticos extremadamente rateros, etc. parecía que el país marchaba y tenía rumbo, pero desafortunadamente todo fue una ilusión, pues cuando los conservadores a partir de Miguel de la Madrid se alzaron con las instituciones y el presidencialismo se fue de lado de los poderes fácticos a bandonando a la sociedad, es cuando al país regresó en muchos aspectos a la época de Díaz. No obstante, considero que dentro de los cambios irreversibles, está el abatimiento del analfabetismo, el deseo de ser libres, la aspiración del bienestar y el derecho irrenunciable a ser felices. Dicen que la historia se repite, pero no estoy de acuedo; puede que las causas se repitan, pero la respuesta del pueblo no. El pueblo de este México actual es el que está haciendo la diferencia con su miedo, apatía, subordinación y sometimiento, logrado a través de los hilos invisibles de una burda manipulación política y medíatica fundados en valores de dominación, contrarios por supuesto a la democracia y libertad.